jueves, 30 de octubre de 2014

Centro de Innovación UC - Anacleto Angelini / Alejandro Aravena | ELEMENTAL

© Nico Saieh


Ubicación: Vicuña Mackenna 4860, Macul, Santiago de Chile
Equipo De Proyecto: Alejandro Aravena, Juan Cerda
Colaboradores: Samuel Gonçalves, Cristián Irarrázaval, Álvaro Ascoz, Natalie Ramirez, Christian Lavista, Suyin Chia, Pedro Hoffmann
Área: 8176.0 m2
Año Proyecto: 2014
Fotografías: Nico Saieh, ELEMENTAL | Nina Vidic



Ingeniería Estructural: Sirve S.A.
Cliente: Grupo Angelini, Pontificia Universidad Católica de Chile
Área Del Terreno: 455351 m2 (Área del Campus San Joaquín)
Costo: 18 millones USD

© Nico Saieh

Descripción de los arquitectos. En 2011, el Grupo Angelini decidió donar los fondos necesarios para crear un Centro donde convergieran las empresas, la industria y la investigación académica de punta. El objetivo era contribuir al proceso de transferencia de conocimiento, identificar oportunidades de negocio, agregar valor a recursos naturales básicos o registrar patentes a fin de mejorar la competitividad del país y, por tanto, su desarrollo. La Universidad Católica acogería tal centro y asignó un sitio en su Campus San Joaquín.

Planta Baja


Nuestra propuesta consistió en diseñar un edificio en el que se pudieran verificar a lo menos 4 formas de trabajos: una matriz de doble entrada en que por una parte estaba el trabajo formal y el informal, y por otra el trabajo individual y el colectivo. Además de eso, siempre nos ha parecido que el contacto cara a cara es imbatible cuando se trata de crear conocimiento. Es por eso que multiplicamos en todo el edificio los lugares donde la gente se puede juntar: desde el hall de los ascensores con una banca para sentarse si uno llega a encontrarse con alguien que tiene algo interesante que compartir, a un atrio central transparente que permite ver lo que los demás están haciendo mientras se circula verticalmente, hasta plazas elevadasen toda la altura del edificio.


© Nico Saieh

La inversión de la típica planta libre de oficina (reemplazando el núcleo central opaco con muro cortina vidriado en el perímetro por un atrio central abierto y la masa con aperturas estratégicas en el perímetro) no sólo respondió al programa del edificio sino también a su comportamiento medioambientaly al carácter del edificio.

© Nico Saieh


Este edificio tenía que responder a las expectativas del cliente de tener un centro de innovación con un “aspecto contemporáneo”, pero la búsqueda acrítica de contemporaneidad ha poblado Santiago con torres de vidrio que, debido al clima local desértico, ha generado un enorme invernadero en los interiores. Tales torres consumen un cantidad ridícula de energía en aire acondicionado. La forma de evitar ganancias térmicas indeseadas no es ciencia aeroespacial: basta con colocar la masa del edificio en el perímetro, tener ventanas retranqueadas para prevenir radiación solar directa y permitir que haya ventilación cruzada. Estas simples decisiones nos permitieron pasar de 120kW/m2/año (el consumo de una torre de vidrio típica en Santiago) a 45kWh/m2/año. Una fachada así de opaca no sólo era eficiente en términos energéticos, sino ayudaba también a atenuar la luz enceguecedora que usualmente obliga a proteger los espacios de trabajo interiores con cortinas y persianas, transformando la transparencia teórica inicial en pura retórica. En este sentido, la respuesta al contexto no fue otra cosa que el uso riguroso del sentido común.

* Conoce el proceso de diseño explicado por Alejandro Aravena aquí.

Corte


Por otra parte, pensamos que la mayor amenaza a un centro de innovación es la obsolescencia, tanto funcional como estilística. La razón para rechazar una fachada de vidrio no sólo respondía a la responsabilidad profesional de evitar un comportamiento medioambientalextremadamente pobre, sino también a una búsqueda por un diseño capaz de resistir el test del tiempo. Desde un punto de vista funcional, pensamos que la mejor manera de combatir la obsolescencia era diseñar el edificio que fuera una infraestructura más que arquitectura. Una forma clara, directa, incluso dura, es a fin de cuentas la manera más flexible de permitir el cambio y la renovación continua. Desde el punto de vista estilístico, nos pareció que una geometría estricta y una materialidad monolítica era la manera de reemplazar contemporaneidad por atemporalidad.

* Conoce el proceso de diseño explicado por Alejandro Aravena aquí.


Para ver mas:
http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/627511/centro-de-innovacion-uc-anacleto-angelini-alejandro-aravena-elemental?fb_action_ids=10152329523673053&fb_action_types=og.likes


La última aventura de Brittany Maynard, la joven que decidió morir el 1 de noviembre

La estadounidense Brittany Maynard había decidido que su muerte ocurrirá este sábado, primero de noviembre.

También había decidido que completaría una lista de cosas por hacer, deseos, aventuras, antes de partir.

Llegó al último ítem de esa lista hace pocos días.

La experiencia, alegre, estuvo teñida por el deterioro de su salud.


8,7 MILLONES

Maynard, de 29 años, supo hace unos meses, poco después de su boda, que tenía un tumor maligno en el cerebro.

Los médicos le dieron cerca de medio año de vida.

Determinó entonces que, para evitar pasar por las etapas más duras de la enfermedad, ella misma decidiría cuándo morir.

Lo comunicó en un video que publicó en YouTube el 6 de octubre y que ya fue visto más de 8,7 millones de veces.

En el video, producido por la organización proeutanasia Compassion & Choices, Maynard saca de su bolso dos botes con píldoras que dice que tomará para morir, en su dormitorio junto a sus seres queridos, mientras suena música de su elección.

“Moriré ahí arriba, en mi habitación, la que comparto con mi marido”, dice.

La fecha que escogió es dos días después del cumpleaños de su esposo, Dan Díaz.


LA LISTA

Pero antes de que llegue la fecha, decidió vivir momentos especiales, cumplir con una lista de cosas por hacer, de sueños.

Sobre todo viajó.

Fue con su marido al parque nacional Yellowstone y con una amiga a Alaska.

Allí navegó junto a glaciares en kayak y se reunió con su madre para visitar más lugares.

Todo esto lo cuenta en el video, donde dice que el último ítem de esa lista es ver el Gran Cañón del Colorado.


MUDANZA

La historia de Maynard está teniendo un impacto inusual en Estados Unidos, donde se ha reavivado el debate sobre la eutanasia, con voces que se alzaron para respaldarla y otras -incluso de otros pacientes terminales- para cuestionarla.

Ella y su esposo se mudaron de California a Oregón, uno de los cinco estados en EE.UU. en los que el suicidio asistido por doctores está permitido.

Una vez que estableció allí su residencia y probó que le quedaban menos de seis meses de vida, obtuvo las medicinas para morir.

En 1997 Oregón se convirtió en el primer estado de EE.UU. en legalizar el “derecho a morir dignamente”.

Los pacientes terminales en pleno uso de razón pueden solicitar la muerte asistida a un doctor.

El paciente debe tragar la píldora sin ayuda. Es ilegal que el doctor la administre.


EN EL GRAN CAÑÓN, SIN HABLA

La semana pasada, Maynard finalmente cumplió con el deseo de visitar el Gran Cañón.

“Tuve la posibilidad de disfrutar de mi tiempo con las dos cosas que más amo: mi familia y la naturaleza”, escribió en su blog.


La experiencia, sin embargo, no fue totalmente plena, porque como dijo, “es imposible olvidar mi cáncer”.

“Los fuertes dolores de cabeza y cuello nunca están lejos y, desafortunadamente, la mañana siguiente tuve el peor ataque que he sufrido hasta ahora”, escribió.

“Me quedé sin habla por un tiempo luego de recobrar la conciencia, y el sentimiento de fatiga continuó a lo largo del día”.

En el mismo texto dijo que su sueño es que todos los estadounidenses con enfermedades terminales puedan elegir morir en sus propios términos.

No todos en su país están de acuerdo.

Pero ella, en cualquier caso, podrá ejercer ese derecho este sábado.


Fuente: El Mostrador

miércoles, 29 de octubre de 2014

La ONU acusa a la Teletón de promover estereotipo de discapacitados como sujetos de caridad y no de derechos



Alejandro Hernández, quien encabeza la Fundación Nacional de Discapacitados, no duda en calificar la campaña solidaria como “el negocio del siglo” y considera un "chantaje emocional" la advertencia recurrente de que si no se recauda la meta durante las "27 horas de amor" los centros de Teletón en el país, que –recalca– son privados, quedarán sin funcionar.


El Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU emitió esta semana un informe de rechazo a la Teletón en México, por “promover estereotipos de las personas con discapacidad como sujetos de caridad e impedir que se posicione el concepto de sujetos de derechos” y solicitó al gobierno de Enrique Peña Nieto que diferenciara con claridad el carácter privado de la campaña de la obligación que tiene el Estado de rehabilitar a las personas con discapacidad. Este hecho –afirmó el secretario ejecutivo de la Fundación Nacional de Discapacitados (FND)–, Alejandro Hernández, abrió la puerta para que el organismo internacional también se pronuncie contra la cruzada que realiza desde 1978 la Fundación Teletón en Chile, con el animador Mario Kreutzberger como cara visible.

“Luego de más de 30 años trabajando por la integración social y laboral en discapacidad, creo necesario y urgente que el mismo comité de la ONU sugiera al gobierno chileno de Michelle Bachelet, no seguir aplaudiendo la campaña que se realiza también en Chile desde 1978, herencia de un gobierno dictatorial y destructor de los Derechos Humanos. Aplaudir la Teletón es celebrar la discriminación y segregación en que viven las personas con discapacidad en nuestro país”, dijo Hernández.

A juicio del experto en discapacidad, la cruzada –que tendrá su nueva versión a fin de mes– no es más que una “campaña ruidosa que lo único que ha logrado es instalar en el inconsciente colectivo y del empresariado chileno, que ‘integrar es hacer un favor’. Este hecho impide, por ejemplo, una efectiva, adecuada y proactiva integración laboral de administrativos, técnicos y profesionales con discapacidad al mundo laboral. Prueba de esto es que solo el 0,5% de las empresas en Chile ‘se atreve’ a integrar a recurso humano con algún tipo o grado de discapacidad y más del 90% de las personas con discapacidad en edad de trabajar en Chile se encuentra cesante. Las empresas que aportan dinero a Teletón no integran debidamente a personas con discapacidad al trabajo, lo cual constituye un acto surrealista y de una profunda inconsecuencia”.

“Como experto, he escrito y hablado sobre Teletón muchas veces –hace más de una década–, señalándola como ‘el negocio del siglo’ para algunos y al mismo tiempo el mayor atropello de los derechos humanos de varios millones de ciudadanos chilenos. Hoy no puedo estar más en línea con el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU y el llamado que realizan a México, el cual sin duda traspasa las fronteras mexicanas e inunda de un halo de luz y claridad a nuestros países que, inconscientes, aún subastan en la plaza pública los derechos humanos de los niños y las personas con discapacidad”, sostuvo.

Hernández asegura también que la recurrente advertencia de la Fundación Teletón –que hasta hace poco tenía entre sus directores al controlador del Grupo Penta Carlos Alberto Délano– de que el no cumplimiento de la meta de las “27 horas de amor” podría poner en riesgo el funcionamiento de los centros que atienden a no más del 0,8% de los discapacitados que viven en Chile, obedece sólo a un “chantaje emocional”.

“Yo le diría a a Teletón que corte los chantajes emocionales. Aquí la ciudadanía no requiere de chantajes emocionales, aquí la ciudadanía requiere que el Estado se ponga los pantalones”, dijo.

Lo más grave, enfatizó, es que en Chile “los escasos recursos que mantiene el Estado se los otorga a una sola organización privada, como Teletón, y por otro lado esta misma campaña recauda el dinero de todos los chilenos para sí misma. Hay que recordar que Teletón no alcanza a atender al 0,8 por ciento de la población total de las personas con discapacidad, que alcanzan más de tres millones de ciudadanos en Chile. Entonces acá hay un gran negocio, hay un gran atropello a los derechos humanos de los niños y esto no lo digo yo, esto no lo decimos desde la fundación, esto lo dice la Organización de Naciones Unidas. Nosotros como fundación hacemos eco; yo, como activista en discapacidad y experto en la materia, también hago eco de las palabras de la ONU”.

Finalmente, insistió en su llamado a que el organismo internacional “se pronuncie acerca de este atropello a los derechos humanos de las personas con discapacidad que se realiza en Chile desde el año 1978. Me extraña el silencio de la Unicef, me extraña profundamente el silencio del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), me extraña profundamente el silencio del Ministerio de Salud. Aquí el Ministerio de Salud tiene mucho que decir. Aquí estamos hablando de los derechos fundamentales, del derecho a la salud; no estamos hablando del derecho a acceder a comprar un vehículo último modelo, estamos hablando de un derecho fundamental”.


Fuente: El Mostrador

lunes, 27 de octubre de 2014

Evento Kekanto Santiago - Kasa Ecolety

Ven al Festival de Trueque de Kekanto y Kasa Ecolety! Un carnaval de cultura y entretencióndonde podrás intercambiar tesoros, y participar en degustaciones y muestras. Acompáñanos la tarde del 22 de Noviembre, a las 15:30h.

Evento Kekanto Santiago - Kasa Ecolety
En el Festival de Trueque transformaremos la ciudad intercambiando pequeños tesoros y para participar del debes traer una tela o mesa y artículos valiosos que quisieras intercambiar, se aceptarán libros, música, antigüedades y objetos de decoración. Además, habrán muestras y degustaciones de quienes le dan vida a Kasa Ecolety, sus artistas! Conoce las tiendas que hay dentro del lugar, y participa de las actividades que tienen para ti.










PROGRAMA

16:00 Intervención Artística: Poesía Intuitiva
La artista Jesusa Delbardo realiza una intervención 100% improvisada, donde a partir de las palabras que fluyan en un encuentro se inspirará para diseñar una prenda única. 



16:30 Tarot terapéutico grupal
Lectura de 22 arcanos mayores para interpretar de acuerdo a tus preguntas.

16:45 Chocolates Asómbrame
Degustación de chocolates hechos a partir de cacao orgánico, melissa, menta, arándano y hierbas

17:00 Charla El renacer del vinilo
Entretenida charla sobre el regreso de los vinilos, además, podrás pinchar discos y ver cómo funciona.

17:30 Taller de trenzas con Lía Duque
La estilista y maquilladora Lía Duque dará un taller para aprender a hacer todo tipo de trenzas.

18:00 Charla educativa sobre Ginecología Natural + premio sorpresa
Milena Ponce, creadora de la tienda Libreser, nos enseñará todas las opciones naturales que hay en cuando a cuidado íntimo y salud femenina.

18: 45 Mermeladas cuatro estaciones
Degustación de mermeladas artesanales de frutas

18:30 Intervención Artística: Poesía Intuitiva con Jesusa Delbardo

19:00 Música Selk Nam con Aikus
Oportunidad para conocer la cultura Selk Nam! 

19:15 Té Alma Tea
Degustación de té elaborados con mezclas de hierbas y flores

19:15 Sorteo de kit de Cosmética Natural 
Blup Natural sorteará un espectacular kit entre quienes hagan más trueques! intercambia tus objetos y participa del sorteo de un completo kit de cosmética y aromaterapia

19:30 Concierto de Ajayu
Ven al concierto exclusivo de Ajayu y viaja con su guitarra desde el folk al indie, visita www.ajayuoficial.cl para conocer más sobre su música!


Kekanto es la guía que transforma ciudades! Por eso los invitamos a todos a celebrar nuestros descubrimientos y experiencias. Si también eres uno de nosotros pide tu invitación, comparte tus opiniones (haciendo clic aquí) y ven a divertirte con nosotros.



SERVICIO

Día: 22 de Noviembre, a las 15:45h;
Lugar:Kasa Ecolety - Santo Domingo, 588;
Descripción: Festival de cultura y entretención con intercambio de objetos con valor, antigüedades, libros y música. También degustaciones y muestras de artistas.







viernes, 24 de octubre de 2014

ENORMES AVES DE PAPEL VUELAN DENTRO DEL TROPENMUSEUM DE ÁMSTERDAM


El arte de doblar papel es un ejercicio legendario e incluso místico en algunos lugares, la formidable paciencia con la que debes trabajar, la destreza con las manos y el contacto intimo con cada parte que se va construyendo al seguir paso a paso cada instrucción para mutar una simple hoja, en una curiosa figura hecha de pliegues es maravilloso.

 



Bajo el nombre de “Giga origami”, el artista de origen suizo Sipho Mabona construyó enormes aves blancas con perfectos pliegues de papel para decorar la sala principal del Tropenmuseum de Ámsterdam. Las majestuosas figuras van de los tres y a los seis metros de largo, las cuales penden de sólidos alambres dentro del recinto sobre dos y cuatro metros de altura.

Esta reciente parvada de aves gigantes de papel se suman a los múltiples trabajos por los que es reconocido el artistas en el mundo del arte. Las impresionantes figuras de origami que sobre vuelan la sala, se pretende vaya incrementando en el transcurso del verano, ya que se les invita a los visitantes a participar en la instalación al construir sus propias aves, lo que lo hace aún más especial por procurar la interacción.




El artista suizo ha suspendido grandes pájaros de origami que tienen una envergadura que varían en tamaño de 2 a 4 metros.



Así se llevó acabo el proceso creativo




Mientras que estas fueron las maquetas previas a la instalación





Todas las imágenes son © Sipho Mabona

Luces











ARQUITECTURA QUE TE ATRAPARÁ EN SUS COLORES



En ocasiones llega a sucedernos que olvidamos la importancia de los espacios que habitamos o fueron parte de la historia para una comunidad, los cuales sólo habría que ver de nuevo para descubrir la magia en ellos contenida, así es la visión que nos ofrece Mohammad Domiri, un joven fotógrafo iraní, quien gracias a su pasión por la arquitectura nos comparte coloridas construcciones.


Tan sólo equipado con un lente angular, Mohammad logra crear sorprendentes tomas de las mezquitastradicionales de Medio Oriente, que debido a sus formas en ocasiones pareciera que observamos un caleidoscopio e la sensación del espacio se rompe pues con sus objetivos y particular toque consigue transformar estos lugares, como si estuviésemos en la película Inception.

Sin duda, el creador de este impresionante trabajo nos invita a tener deseos de viajar por el mundo y encontrar estas construcciones llenas de color, formas geométricas, mosaicos fascinantes y colores arremolinados, por lo que nos incita a su particular forma de ver el mundo.

























Todas las imágenes son © Mohammad Reza Domiri Ganji
Fuente: Alternopolis

jueves, 23 de octubre de 2014

La secuencia Halprin




Lawrence Halprin, fuente Ira Keller, Portland, 1965-70 (foto: Karen Heredia)

Es famoso el episodio en que Luis Barragán recomendó o más bien exigió a Louis Kahn ‘no colocar ni un solo árbol ni plantar una sola hierba’ en el patio del Instituto Salk de la Jolla. Lo que no es tan conocido es que después de que Kahn y su cliente acordaron seguir la recomendación de Barragán, el mismo Jonas Salk, no del todo convencido, buscó una segunda opinión: la del arquitecto paisajista Lawrence Halprin. En esos años Halprin era uno de los arquitectos paisajistas más importantes en los Estados Unidos y el más reconocido en la costa oeste. A petición expresa de Salk, Halprin desarrolló una serie de alternativas que buscaban evitar o mitigar el duro aspecto y el potencialmente incómodo microclima que se produciría en un patio casi totalmente pavimentado. Después de ensayar distintas propuestas de vegetación, arborización, y tratamiento de agua, el propio Halprin reconoció la ‘poesía pura’ del diseño de Kahn y se retiró voluntariamente del encargo. No por ello, sin embargo, dejó de pensar que el patio merecía un tratamiento distinto al recomendado por Barragán.[1]


Lawrence Halprin, fuente Lovejoy, Portland, 1962-65 (foto: Karen Heredia)

Lo anterior puede dar la idea de que Halprin era un arquitecto paisajista en la tradición ‘naturalista’. Al contrario, sus paisajes se caracterizaron por una gran voluntad formal y una dureza material y háptica parcialmente aliviada por la presencia del agua. Su obra también tuvo un carácter más público que la de Barragán y ciertamente un pensamiento teórico más articulado. Nacido en Brooklyn en 1916, Halprin estudió ciencias y horticultura en Cornell y Wisconsin, y arquitectura del paisaje en Harvard. En Wisconsin conoció a quien sería su esposa, Anna Schuman, una bailarina y coreógrafa profesional que tuvo una gran influencia en su obra. Los paisajes de Halprin fueron pensados como secuencias estructuradas de espacios en las que los usuarios supuestamente interpretaban ‘coreografías’ o ‘partituras’ (scores) preestablecidas por el diseñador pero ‘abiertas’ a las contingencias y a la improvisación. A pesar del deterioro y el olvido por el que han pasado durante algunas décadas, los espacios abiertos de Halprin se han reafirmado a lo largo de los años y muchos de ellos son ahora referentes indispensables en distintas ciudades y barrios norteamericanos. [2]


Lawrence Halprin, fuente Lovejoy (foto: Juan Manuel Heredia)

Quizá la obra mas importante de Halprin sea la secuencia de plazas planeadas a principios de los años sesenta para la ciudad de Portland. En 1961 la Comisión de Desarrollo de Portland comenzó un ambiciosos proyecto de ‘renovación’ urbana en pleno corazón de la ciudad. Diseñado por el omnipresente despacho de Chicago, Skidmore Owings & Merrill (SOM), este proyecto consistía en tres supermanzanas con torres habitacionales y de oficinas y comercios de baja altura localizadas en la parte suroeste del centro, que básicamente hacían una tabula rasa de un barrio judío de gran antigüedad y tradición. Probablemente anticipando los efectos negativos que traería el proyecto, la Comisión llamó a Halprin para diseñar los espacios abiertos del conjunto. Basándose en el plan maestro de SOM, Halprin transformó lo que se preveía serían simples parques arbolados en tres memorables plazas para el encuentro y el esparcimiento humano. Engarzadas mediante corredores peatonales, estas plazas se concibieron como una representación de la topografía de Portland y de la región, metafóricamente recogiendo el agua de las montañas para conducirla a través de canales, estanques, fuentes y cascadas hacia el rio Willamette y eventualmente hacia la desembocadura del Pacífico.


Diagrama de la secuencia Halprin (http://halprinconservancy.org/)

La secuencia comienza en la parte más alta del complejo, en una pequeña fuente concebida como manantial (source fountain). Borbotones de agua hacen rebosar el nivel de esta fuente mientras un pavimento radial simboliza su emanación hacia la ciudad. El recorrido continua hacia el norte y desembocaba en la plaza Lovejoy, una gran plancha de concreto de geometría angular con una fuente cascadeante al centro y un expresionista pabellón de descanso. En días laborales este espacio funciona como zona de relajamiento para oficinistas y la comunidad universitaria vecina, mientras los fines de semana se convierte en un gran chapoteadero para niños, adultos y sus mascotas. Para el diseño del pabellón Halprin recurrió a su amigo y ex-socio Charles Moore, un teórico del agua y la arquitectura, cuya experiencia en este proyecto fue el antecedente de su muy famosa pero no muy exitosa Piazza d’Italia en Nueva Orleans.


Lawrence Halprin, fuente y (Charles Moore) pabellón Lovejoy (fotos: Juan Manuel Heredia)


Lawrence Halprin, parque Pettygrove, Portland, 1962-65 (foto: Karen Heredia; croquis: http://halprinconservancy.org/).

Descendiendo por los corredores arbolados uno se encuentra con el parque Pettygrove, un jardín sombreado formado por montículos de césped que recuerdan los montículos de la arquitectura precolombina de ese país. El recorrido culmina en la plaza o fuente Ira Keller, justo enfrente del Auditorio Cívico de Portland. En la parte inferior de esa plaza Halprin creó una impresionante fuente mediante gigantescos muros-taludes de concreto y plataformas desplazadas ‘flotantes’. El sonido ensordecedor producido por las cascadas contrasta con el murmullo del agua percibido desde el jardín superior. Pensados para el descanso, la recreación y la contemplación estos espacios se ajustan a los movimientos de las coreografías ideadas por Halprin pero también se desvían de ellas a través de performances artísticos y manifestaciones cívicas y políticas esporádicas.


Lawrence Halprin, fuente Ira Keller, Portland, 1965-70 (fotos: Karen Heredia)

La ‘secuencia Halprin’ -como generalmente se le conoce a este conjunto de espacios- es una especie de paradoja: una obra de gran potencial para la vida pública al interior de un complejo que niega a la ciudad misma. En efecto, a pesar su vitalidad ganada a golpe y paciencia (especialmente en la fuente Keller -la única que colinda con la trama original de Portland) estos espacios resaltan más por sus promesas de convivencia y encuentro que por su actividad efectiva y real. En ese sentido la secuencia fue un episodio importante dentro de la carrera de Halprin y de la arquitectura del paisaje estadounidense en general: un proyecto ‘catalizador’ de obras posteriores dentro y fuera de Portland, ciudad hoy en día excepcional en el contexto norteamericano por la cantidad, calidad y coordinación de sus espacios públicos. Una secuencia con-secuencias.[3]


Lawrence Halprin, fuente Ira Keller, Portland, 1965-70 (foto: Karen Heredia)


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[1] La historia del patio del Salk la narra Marc Treib en ‘To End a Continent: The Courtyard of the Salk Institute’, Journal of the Society of Architectural Historians 65-3 (Septiembre de 2006), 402-427. En ese ensayo Treib se muestra reacio a otorgarle a Barragán más créditos de los que él cree se merece.

[2] El libro más analítico sobre Halprin acaba de ser publicado: Alison Bick Hirsch, City Choreographer: Lawrence Halprin in Urban Renewal America (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2014).

[3] Ver Randy Gregg ed. Where the Revolution Began: Lawrence and Anna Halprin and the Reinvention of Public Space (Washington: Spacemaker, 2009).



Fuente: Arquine
por Juan Manuel Heredia | Portland State University / @guk_camello 
17 de julio de 2014

Espacios Públicos imperfectos I



La playa no es ya un espacio natural, ni siquiera antropizado, forma parte de un nuevo escenario planetario llamado antropoceno. En este escenario de lo imperfecto, existen también otros espacios públicos. Las playas forman así parte de este mundo sin exterior. Son entonces conglomerados de operaciones donde se representan diferentes políticas, modos de consumo de los cuerpos, infraestructuras marítimas del ocio y del deporte o modelos normativos y de control en un espacio “relajado”.

La playa es un espacio público limitado. A uno de sus lados, siempre se encuentra el agua, motor junto con el clima de la potencia ilimitada de este espacio urbano. Hablamos de playas urbanas occidentales con sus contaminaciones y sus banderas verdes. Lugares que se han desarrollado durante el siglo XX y se han propuesto como laboratorios de experiencias sensoriales estacionales.

Quizás los fotógrafos hayan puesto su mirada antes y de una forma más incisiva que los arquitectos en este espacio urbano. Describiendo 4 fotografías podremos realizar una mirada transversal a este lugar de lo cotidiano.


La playa es un museo de lo ordinario.

Imagen 01. Pelican Beach. Face in the crowd. 2013. Alex Prager.

No hay tantas cosas que diferencien un museo de una playa. Las multitudes inter-relacionadas en el mismo espacio y temporalidad, los grandes eventos que atraen al público, la condición de deseo por acceder al espacio y una forma de representación colectiva. Espacios intergeneracionales, donde se dan cita numerosas formas diferentes de representación. Aunque también las mismas formas de exclusión y representación del poder. Pensemos en los vendedores de collares y gafas de sol.

Una playa es un paisaje que tiene la capacidad de aumentar las experiencias sensoriales del espacio público. Muchas veces íntimas, pero que rápidamente pasan a ser públicas. Un territorio de experiencias sensoriales micro que llenan el espacio pasando a ser un lugar donde cada individuo puede performar una representación propia y más desligada de las convenciones que en otros espacios públicos congestionados, como los aeropuertos, salas de congreso, salas de cine… Pero las distancias de la proxémica, de las que ya hablamos en otra entrada, se rompen en la playa y lo íntimo se desvela público y las condiciones públicas de la multitud se encierran en una caja negra con la que es muy difícil trabajar. Todos observamos a todos: es un espacio de interacción múltiple en todas direcciones.

Pequeños objetos habilitados por las marcas comerciales, hacen de la playa un lugar donde cada nodo multipersonal establece su dominio, y sus cercado invisible. Toallas, neveras, sombrillas, zapatillas crean un límite desde el que establecer tu propiedad momentánea y desarrollar tu idea del mundo desde la que consumir el escenario. Nuestros hábitos cotidianos se hacen visibles en este lugar privilegiado desde donde podemos contemplar algunas realidades sociales, es decir, materiales y humanas. Como en un museo, nuestra capacidad crítica entra en juego para observar y destilar realidades.


La playa es una práctica.

Imagen 02. Playas. Massimo Vitali

La playa es un lugar donde grandes infraestructuras de ingeniería costera, como diques y barcos areneros, conviven con otras más dúctiles que sectorizan la playa y ordenan su funcionamiento como las balizas flotantes, los dispositivos de ocio hinchables o la habilitación temporal de espacios para el baño como el de la imagen de Massimo Vitali. Una infraestructura efímera, resiliente y adaptable que permite tener acceso al agua de una manera más sostenible que el aumento de la superficie de arena de las playas por métodos destructivos de flora y fauna marina para practicar un espacio.

La playa es un ecosistema del baño, la estética, el cuidado personal y la salud. La primeras aproximaciones colectivas a la playa fueron realizadas por una aristocracia cultivada que veía en ella un lugar donde mantener hábitos saludables y terapéuticos más relajados que en los balnearios. Pero en ese momento, existían un repertorio de normas reglamentarios que regulaban los horarios, las exposiciones al sol, los que podían y los que no usar la playa y la ocultación de los cuerpos de la cabeza a los pies. Todavía hoy guardamos muchas de estas normas que establecen la separación de playas en función de la desnudez de los cuerpos. Es interesante analizar en este caso, como la regeneración de algunas playasantes separadas por diques de rocas, han disuelto el límite entre playas nudistas y textilistas, y son ejemplos de convivencia simultánea en la diferencia donde cada individuo puede elegir su forma de estar sin excluir a otros por el hecho contrario. Por otro lado, las playas son también el motor de la innovación ligada a la industria textil. La reducción de superficies textiles en el cuerpo ya no son solo cosas de mujeres sino también de hombres; tras el bikini mínimo aparece el penekine como objeto textil de paridad.

El baño, el ocio, el descanso en cualquiera de sus variantes de los usuarios de la playa también generan el trabajo, la economía y la supervivencia para los trabajadores de este espacio. Policías, socorristas, evaluadores de la calidad ambiental, restauradores de chiringuitos y vendedores al sol forman el otro ecosistema que permite que el otro funcione.

Habitar la playa, es habitar una práctica ligada al contacto del cuerpo con el sol y el agua. O quizás ya no es solo así.


La playa es un centro comercial.

Imagen 03. Indoor beach. Martin Parr.

La democratización de la playa, se dio en la costa Este española de la mano de la presión inmobiliaria. La emancipación de una masa de ciudadanos con capacidades de crédito para establecer un lugar de residencia estival desarrolló las grandes infraestructuras de ocio, hostelería y turismo “de calidad” que hoy conocemos. Lugares como La manga del Mar Menor, planeado por Antonio Bonet en los años 60, es hoy un hito en un urbanismo playero. La presión inmobiliaria transformó el patrimonio natural de la península de La Manga en un territorio devenido en playa para todos.[1]

Pero para poner en práctica las actividades contemporáneas nada mejor que un centro comercial. Como hemos dicho antes, las playas forman ya parte de un conglomerado de operaciones más complejas que se insertan en dispositivos como los grandes centros comerciales. Aparecen aquí como espacios heterotópicos ubicuos que nos encontramos ya por doquier. La playa es entonces un dispositivo temporal. Es decir, un espacio para consumir tiempo. Una infraestructura de ocio para permanecer bajo las bóvedas de consenso[2] el mayor tiempo posible. Un lugar que no se diferencia mucho de los citados anteriormente salvo por contener una vigilancia y control mayor que los anteriores en cuanto a su acceso y su climatología particular. Las playas indoor, como las del WEM, espectacularizan lo cotidiano para acercarlo lo más posible al momento por antonomasia: el shopping.Cualquier actividad que seamos capaces de imaginar estará lo más ligadamente posible al acto de comprar.

Estas playas son más un artefacto o máquinas de consumir naturaleza enlatada que un escenario simplemente espectacular. Una forma de urbanismo indoor que produce cualquier elemento del imaginario colectivo ligado al placer, al descanso y a la diversión. Las olas, son el reflejo de la pulcritud con la que se elaboran estas representaciones urbanas y producen de nuevo estos espacios públicos imperfectos, donde es necesario fijar la atención para producir otros escenarios críticos posibles.


La playa es una temporalidad auto producida.

Imagen 04. Playa de Barcelona años 80. Pablo Pérez Mínguez.

La playa se construye cada día. Desde los rituales domésticos de preparación, su despliegue como ciudad ocasional, y su desmantelamiento al anochecer. Durante todo el día se suceden variaciones incontroladas del espacio que mediante una superficie adaptable, amoldable y modificable permite que casi todo sea capaz de suceder en este espacio. Desde lo individual a lo colectivo, del deporte a los conciertos, fiestas y festivales. Un espacio capaz de asumir la incertidumbre del momento y las necesidades especificas des-reguladas. En sus diferentes estacionalidades también es capaz de adaptarse a condiciones climáticas diferentes que muestran otra manera de utilizar espacios urbanos de diferentes maneras. Las masas muestran su cara más amenazadora y aplastante pero también incluyen historias vulnerables y frágiles. ¿Qué podemos aprender de ellas? ¿Qué sistema regulatorio y normativo hemos creado en nuestras ciudades que podemos dividirlas entre las que tienen y las que no tienen playas?

Lo que la ciudad pide cuando dice que Madrid necesita una playa, no es el agua, ni la arena, ni siquiera el sol. Madrid, al igual que otras ciudades, necesitan nuevas formas de plantear lo urbano. Modos que permitan que la flexibilidad y la adaptabilidad no sean solo condiciones espaciales sino que permitan que los cuerpos y otras representaciones sean posibles en los espacios públicos perfectos que hemos construido.

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Notas
[1] Segundas residencias. Veraneo en La manga y turismo de calidad. Miguel Mesa. http://medialab-prado.es/mmedia/13175/view
[2] WEM. Una máquina para consumir ciudad. http://www.laciudadviva.org/blogs/?p=16346



por Mauro Gil-Fournier — Martes, 8 de julio de 2014
Fuente: La ciudad Viva